El corazón tiene grandes enemigos: el más importante de ellos es la formación de placas que obstruyen la circulación que lo alimenta y pueden causarle un infarto; a esto se le llama ateroesclerosis y su formación se favorece por el consumo de cigarrillo, la presión arterial elevada, la diabetes mellitus, la presencia de una cantidad anormal de colesterol en la sangre y, no se imaginan qué más: sí, el sedentarismo.
Pero el corazón tiene grandes aliados, que le ayudan a cumplir su misión apropiadamente por muchos años, como la alimentación saludable, el no consumir sustancias cardiotóxicas (cigarrillo, licor, sustancias psicoactivas), el mantener una buena salud mental y ¿saben qué más? Sí, lo adivinaron, el ejercicio habitual.
Ante esa evidencia, debemos conocer por qué el ejercicio ayuda al corazón a cumplir su misión de llevarle la sangre a todos los órganos y, con ella, la oxigenación y los nutrientes. Además, ayuda a recoger los desechos para llevarlos a los riñones y al hígado para que se eliminen del organismo.
Vamos a enunciar los beneficios más importantes del ejercicio para el corazón:
Mejora el funcionamiento de las paredes interiores de las arterias (el endotelio) y evita que se formen placas que las taponen.
Disminuye la cantidad de colesterol malo que circula por la sangre e incrementa la cantidad de colesterol HDL, que es protector y evita que se deposite el colesterol en las placas que pueden obstruir la circulación y llevar a un infarto del corazón.
Modula el funcionamiento de varias hormonas y evita que se incremente anormalmente la presión arterial, o sea previene la hipertensión arterial.
Mejora el balance del sistema simpático y parasimpático (sistema nervioso autónomo) y hace que el ritmo del corazón sea más apropiado y previene que se presenten irregularidades (arritmias) que pueden causar problemas serios, incluso la muerte.
Previene el desarrollo de obesidad y de diabetes mellitus, que ya vimos son grandes enemigos del corazón.
Hace que los músculos de las piernas y de los brazos sean más eficientes en la extracción del oxígeno que transporta la sangre, esto ayuda al corazón disminuyéndole las exigencias de esos músculos tanto en el reposo como cuando se está en actividad.
Previene el desarrollo de enfermedades que pueden afectar el corazón como varios cánceres.
Ayuda a mejorar la salud mental, que es un excelente aliado del corazón.
Después de saber esto, primero que todo se tiene que felicitar usted mismo si hace ejercicio habitualmente, y si no lo hace, considerar seriamente volverse activo. Como casi todas las cosas en la vida se deben hacer idealmente siguiendo las recomendaciones de los expertos, pues vale la pena conseguir los mejores resultados posibles y disminuir los riesgos que también se tienen al hacer ejercicio, como problemas osteomusculares o alteraciones cardíacas cuando se hace con exigencias inapropiadas.
¿Cuáles son las recomendaciones?
Hacer mínimo 150 minutos en la semana de actividad aeróbica (caminata vigorosa, montar en bicicleta, nadar, bailar) y dos veces a la semana hacer ejercicio de fortalecimiento muscular, aprovechando hacerlo contra el mismo peso del cuerpo (sentadillas, lagartijas modificadas, mancuernas).
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También es importante recordar que para hacer ejercicio apropiadamente se recomienda:
Hacer calentamiento y estiramientos previos al ejercicio.
Hacer estiramientos al terminar.
Utilizar zapatos cómodos y ropa cómoda.
Protegerse del sol con gorras o sombreros, e idealmente con un protector solar.
Si se hace una sesión prolongada, disponga de agua para hidratarse.
¡Así que a hacer ejercicio regular y apropiadamente para cuidar nuestro corazón!
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